Variación en la morfología y ecofisiología de dos poblaciones alopátricas de Callisaurus draconoides en el Desierto Sonorense

Gloria Marina Peón Lazo (1)

1. Universidad de Sonora

Las lagartijas al igual que el resto de los reptiles son animales ectotermos, esto quiere decir que no pueden regular su propia temperatura como lo hacemos nosotros, por lo tanto, la temperatura ambiental es un factor sumamente importante para ellos, ya que dependen de esta para realizar sus actividades diarias. De esta manera, han desarrollado mecanismos para absorber y liberar calor a través del sustrato, el aire o directamente de los rayos solares, además poseen estrategias conductuales para termorregular como por ejemplo tomar diferentes posturas o movimientos con respecto a la luz del sol o del viento, cambiar su coloración a tonos más oscuros para ganar calor más rápidamente o a coloraciones más claras para reflejar más rayos solares y no calentarse tanto, entre otras. Por lo general, estos mecanismos y comportamientos son caracteres hereditarios que se mantienen dentro de una misma especie, lo que nos lleva a pensar que un grupo de organismos emparentados cercanamente tendrá comportamientos termorreguladores similares a sus ancestros.

Por otro lado, la morfología de los organismos nos habla de las adaptaciones que tienen al ambiente en el que se han desarrollado, considerando el proceso de selección natural propuesto por Darwin, nos percatamos de ello al observar a lagartijas con hábitos arborícolas con patas cortas que les permiten sujetarse a las ramas de los árboles, por el contrario de lagartijas terrestres que suelen tener patas largas para desplazarse más fácilmente por la tierra. Así como existen estas características, hay otras más que tal vez no sean tan notables pero que de igual manera cumplen su función en el ambiente con el que interactúan las especies.

La especie de estudio de este trabajo es la perrita del desierto (Callisaurus draconoides), la cual se distribuye en gran parte del Desierto Sonorense, incluyendo el estado de Sonora y la península de Baja California, lo cual nos da una amplia distribución y una gran variedad de ambientes en el que este organismo habita, por tal motivo elegimos a esta especie para cumplir el objetivo de este proyecto, el cual trata de averiguar si esta comparte las mismas características morfológicas en dos poblaciones alejadas geográficamente, incluyendo un sitio en La Paz y otro en el municipio de Ures, Sonora, de igual manera pretendemos determinar si ambas poblaciones mantienen los mismos comportamientos y estrategias para mantener su temperatura.

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Imagen de una perrita del desierto (Callisaurus draconoides) hembra en Ures, Sonora (Foto: Gloria Peón)
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Imagen de una perrita del desierto (Callisaurus draconoides) macho en Ures, Sonora (Foto: Gloria Peón).

Uno de los puntos de partida de nuestro experimento fue la ciudad de Hermosillo, Sonora, de ahí nos dirigimos al este del estado con el fin de llegar a uno de los sitios a estudiar, El Rancho Santa Lucía ubicado en el municipio de Ures. Al igual que en todas las expediciones nos aseguramos de ir bien equipados con el alimento y los utensilios necesarios para acampar unos días en el destino y lo más importante todos los materiales que ocupábamos para analizar a las lagartijas, como por ejemplo cañas de pescar con nudos corredizos para atrapar a las lagartijas, termómetro para tomar temperaturas corporales y ambientales, sacos de tela para transportarlas, vernieres para tomar sus medidas morfométricas y una báscula para pesarlos.

Una vez en el sitio nos encontramos con un rancho típico del estado de Sonora con una casita, algunas vacas y caballos, un asador porque no puede faltar la carne asada y otro animalito no tan típico: un avestruz. Comenzamos montando nuestro campamento y analizando el lugar para buscar los lugares donde probablemente podríamos encontrar a nuestras lagartijas de interés, estas lagartijas son arenícolas así que nos acercamos a los arroyos secos que era donde había arena más fina y ahí pudimos encontrar muchas perritas del desierto. Nos equipamos con nuestras cañas, termómetro y costalitos de tela y emprendimos el muestreo comenzando alrededor de las doce de medio día.

En mi caso era mi primera vez pescando lagartijas así que me pareció un poco complicado al principio, ya que las perritas suelen ser muy veloces y estar siempre alerta, el mejor método para lograr atraparlas era acercarse con mucho sigilo y estirar la caña de pescar lo más posible para poder alcanzarla sin tener que estar muy cerca de ellas, porque una vez que nos veían aproximarnos se iban corriendo a toda velocidad. Cuando lográbamos atrapar una, tomábamos inmediatamente la temperatura corporal de la lagartija insertando un centímetro del sensor del termómetro digital en su cloaca, de esta manera obteníamos una temperatura más precisa, posteriormente registrábamos la temperatura del sustrato en el que fue encontrada y la del aire a unos cinco centímetros del suelo, por último, la colocábamos dentro de un costal de tela para poder transportarla y tomar sus medidas morfométricas y peso en el campamento. Algunas de las medidas que tomábamos era la longitud del hocico a la cloaca, el largo de la cola, del brazo, de la pierna y la pata.

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Preparando el nudo corredizo para pescar una lagartija (Foto: Isaí Valle).
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Tomando la temperatura corporal de una lagartija (Foto: Isaí Valle).

Otra actividad que realizamos fue colocar sensores que estuvieran registrando la temperatura de los lugares que suelen frecuentar las lagartijas, con el fin de conocer la variación térmica con la que cuentan en su ambiente natural, como debajo de los arbustos, en el sol directo y en zonas con parches de sol y sombra. En esa ocasión pasamos tres días en el sitio buscando lagartijas y anotando todos los datos térmicos posibles y descansando de vez cuando, por las noches observábamos las estrellas aprovechando la hermosa vista, ya que en la ciudad con tanta iluminación no es posible observar tales paisajes.

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Tomando la temperatura del sustrato donde se encontró una lagartija (Foto: Isaí Valle).

Durante los días de muestreo en Sonora tuvimos la oportunidad de observar otras especies de reptiles y aprovechamos para contemplarlos y tomar fotografías, encontrándonos con varias lagartijas como la lagartija espinosa Sceloporus clarkii, la lagartija de árbol Urosaurus ornatus, la culebra chicotera (Masticophis flagellum) y la iguana espinosa Ctenosaura macrolopha.

Los resultados preliminares de este proyecto han arrojado diferencias estadísticamente significativas en la termorregulación de las poblaciones de lagartijas y en algunos caracteres morfológicos, lo cual nos ha permitido establecer diferencias en respuesta ecológica a los cambios ambientales de cada región, sin embargo, aún queda más por descubrir de esta y otras lagartijas que se encuentran en el Desierto Sonorense y que pasan desapercibidas sin notar lo interesantes que pueden llegar a ser.