Título: Grupos Indígenas «Binacionales»: lengua, cultura, medio ambiente y recursos naturales

Moderador: Jacob Franco Hernández

Participantes: Carlos Figueroa Beltrán, Jesús García, Horacio González Moncada, Helen M. Ingram, Stephen Marlett, Júpiter Martínez Ramírez, Norma A. Meza Calles, Alan Hatcher, Cathy Moser-Marlett, Nemer E. Narchi, Carolyn O’Meara, Elisa Villalpando, Scott Warren, Michel Wilken‐Robertson

Discusión:

A partir de la coincidencia de algunos participantes sobre la temática de la relación entre comunidades indígenas, sus problemáticas históricas y su (cosmo)visión del medio ambiente y los recursos naturales fue como se preparó esta mesa. Se inició con dos casos específicos de grupos indígenas binacionales: los Tohono O’odham de Arizona y Sonora y los grupos yumanos en Baja California en México y los de California y Arizona en E.U.

Empezamos por poner en perspectiva la problemática de ambos grupos respecto a la situación actual transfronteriza. Por un lado, los miembros de estos grupos en el lado estadounidense están constituidos bajo la figura de ‘reservas’, lo cual les otorga una relativa autonomía en cuanto a la forma de gobierno y por tanto cierta autoridad/potestad para el manejo y protección de su medio ambiente y recursos naturales. Por otra parte, en el lado mexicano la situación es distinta. Aunque existe el gobierno tradicional y consejo de ancianos, para los Tohono O’odham de Sonora por ejemplo, esto no es suficiente para ampararlos ante el gobierno estatal o federal en cuanto a la defensa de sus tierras. De la cantidad original del enorme territorio del desierto que les pertenecía hasta antes de la imposición de la frontera política entre Estados Unidos y México a mediados del siglo XIX solo les queda una pequeña parte confinada en pequeñas rancherías con también muy escasa población de miembros indígenas. Lo mismo ha sucedido con los yumanos en Baja California.

Como consecuencia ha habido un impacto negativo en el medio ambiente y recursos naturales. La ambición desmedida tanto por parte de rancheros locales como del mismo gobierno se deja ver en el robo, saqueo y explotación desmedida de los recursos naturales. Cacería ilegal y permisos de caza desproporcionados, concesiones para minas con un impacto ambiental negativo, deforestación descontrolada de mezquite y palofierro, por mencionar algunos, son consecuencia de la mencionada ambición. A esto todavía hay que sumarle que ciertas regiones del desierto son prácticamente intransitables debido a que prácticamente están tomadas y sitiadas por grupos del narco.

Ante esta realidad la discusión se volcó en cuál y cómo debe ser nuestra participación y colaboración como investigadores externos cuando nos acercamos a las comunidades indígenas.

Primero, los siguientes dos aspectos se plantearon a manera de premisas:

1. Coincidimos en el gran valor y relevancia de la cultura indígena y por tanto de su conocimiento tradicional y ancestral del medio ambiente como una forma primordial, aunada a la científica, de aprehender el entorno biológico.

2. La necesidad y obligatoriedad de plantear y ejecutar en conjunto con las comunidades indígenas, proyectos de carácter integral, multidisciplinarios.

Enseguida ideas y planteamientos básicos y generales que pensamos coadyuvan en la implementación de proyectos exitosos y productivos en relación como las comunidades indígenas:

a) Dejar atrás la noción histórica de México como un país “único y homogéneo”, con una misma forma de pensar. Al contrario, reconocer la diversidad cultural y de distintos sistemas de pensamiento. De esta manera podemos tener un acercamiento sin sesgo o de forma predeterminada a las comunidades indígenas y su entorno.

b) Promover en la planeación de los proyectos la participación activa y la integración total de los miembros de las comunidades indígenas. Es su territorio, no deben quedar al margen de la investigación.

c) Integrar redes de conocimiento tradicional y científico entre los investigadores externos y las comunidades indígenas. Poner énfasis en la formación de investigadores y científicos locales o comunitarios.

d) Procurar que se establezcan proyectos de largo plazo. e) Poner empeño en favorecer la fortaleza de una comunidad organizada. Se parte de que una comunidad organizada siempre tendrá más probabilidades de trabajar en un bien común, defender el patrimonio, entre otras.